21-10-2024 ¡Política y negocios!

La política y las próximas elecciones han sido buenas para mi negocio, pero bastante desafortunadas para nuestra sociedad. Muchos de nuestros pacientes buscan alivio para la ansiedad, la depresión y la ira, y al final acaban hablando de las elecciones. Ahora es difícil encontrar un terapeuta que tenga disponibilidad y además acepte el seguro.

Muchos pacientes están confusos sobre lo que oyen y ven. De hecho, informan de diferentes interpretaciones del mismo acontecimiento debido a cómo lo han hilado las campañas y los medios de comunicación.

He visto a parejas de larga duración romper o guardarse rencor mutuamente por haber decidido a quién votar. Otros pacientes informan de que se niegan rotundamente a ver o hablar con compañeros de trabajo o familiares debido a sus opciones electorales.

La verdad y el respeto se han convertido en víctimas tempranas de las diferentes campañas con ataques personales, historias inventadas y manipulaciones descaradas de los candidatos y los votantes. Es fácil culpar de ello a un candidato concreto, pero en realidad, en mi opinión, todos exageran al menos la verdad, cuando no mienten descaradamente.

La repetición de los mismos anuncios políticos pagados sólo parece desgastar la resistencia de la gente y puede tener un efecto adormecedor y condicionante en nuestros procesos de pensamiento.

Es como el lavado de cerebro, en el sentido de que si te repiten la misma mentira una y otra vez, una persona tiende a creerla, sobre todo si está avalada por una figura mediática. Cuanto más chocantes son los anuncios políticos, más atención parecen recibir.

Con razón o sin ella, los estados emocionales de nuestros pacientes se han agravado con sentimientos declarados de impotencia, miedo e ira. A la pregunta «¿qué puedo hacer?» le sigue un encogimiento de hombros y una aceptación a regañadientes de la situación actual.

Irónicamente, como psicóloga, trabajo para capacitar a mis pacientes con nuevas formas de pensar y comportarse para resolver sus problemas y desescalar sus sentimientos negativos. Trabajamos para evitar las situaciones perjudiciales y negativas y para aprender a manejarlas cuando se producen.

Modelamos el respeto por nosotros mismos y por los demás. Desarrollamos estrategias para tratar con personas y situaciones difíciles y desarrollamos formas de manejar la ansiedad, la ira y la frustración. Animamos a decir la verdad y a tener amabilidad y respeto por los demás.

También es el momento de que cada uno de nosotros, individualmente, asumamos la responsabilidad de mejorar la sociedad con nuestra forma de vivir y siendo un ejemplo de respeto y decencia. No podemos esperar a que los líderes e influyentes de la sociedad den ejemplo, porque aún no lo han hecho y probablemente no lo harán.

Creo que sólo cada uno de nosotros puede reparar el mundo a su manera.

El clima político y social actual nos ha dado mucho trabajo.

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