Me gusta visitar faros. Aunque los había visto antes, nunca había visitado ninguno hasta hace varios años. Me parecen fascinantes, ya que no sólo son faros, sino que muchos de ellos incluyen museos y exposiciones que cuentan la historia de Florida. Hay treinta en el Estado, muchas de ellas abiertas al público.
Hace poco visité el faro de Key Biscayne, así como el de Júpiter. En el pasado visité otros dos faros y subí a la cima de ambos. El faro de Ponce Inlet está justo al sur de Daytona Beach y es el más alto de Florida. Tiene 170 pies de altura y hay que subir 203 peldaños por una escalera circular, pero la vista desde la cima es indescriptible.
En el recinto hay una exposición con varias de las balsas que utilizaron los cubanos para salir de su país en busca de libertad en EEUU en la década de 1980.
Una vez completado el ascenso, sales a una plataforma rodeada por una barandilla que te encierra. En realidad estás muy seguro aunque te encuentres muy por encima del suelo sin nada que bloquee tu vista en kilómetros. El océano está a un lado, mientras que las comunidades y las reservas están al otro. Los únicos sonidos que oyes son el viento y tal vez la conversación de otras personas. Tienes una fuerte sensación de apertura y libertad que puede llegar a ser embriagadora.
Días después, visité el faro de San Agustín, que estaba algo abarrotado. Este faro tiene 165 pies de altura y 219 escalones. Una vez más, cuando sales al mirador, tienes una tremenda sensación de libertad y belleza natural. Puedes ver claramente la ciudad de San Agustín, así como el océano y las zonas circundantes.
En el recinto había un museo con reliquias de la II Guerra Mundial y un laboratorio para restaurar artefactos encontrados en el océano por los exploradores españoles.
Una vez más, experimenté las sensaciones de euforia y libertad de estar a más de 160 pies de altura al aire libre rodeado únicamente por una pasarela sin ningún ruido de las noticias, el tráfico, la política u otras molestias cotidianas. Qué gran sensación de paz.
Espero con impaciencia mi próximo faro.