Los estragos del huracán Dorian

14 de septiembre de 2019

La semana pasada la mayoría de nosotros estábamos hipnotizados por la posibilidad de sufrir los estragos del huracán Dorian. La ansiedad generada fue tan grande que mi hija y yo interrumpimos nuestras vacaciones para regresar a Florida y proteger nuestras casas. Doce horas en un avión pueden ser muy exigentes, pero pudimos dormir la mayor parte del tiempo. Afortunadamente, el sur de Florida se salvó, pero no las Bahamas. La mayoría de los que vivimos aquí hemos estado en las Bahamas varias veces. Aunque sea en cruceros o en vacaciones rápidas, parece existir una conexión especial entre ese país y Florida. Siempre hemos encontrado que nuestros viajes allí son agradables y relajantes.
Fieles a su forma, cuando hay catástrofes, la bondad que hay en la mayoría de nosotros entra en acción para ayudar a los que han sufrido. Fue conmovedor ver la cantidad de personas y organizaciones que entraron en acción para ayudar a los necesitados. Algunos ni siquiera esperaron a que el gobierno desarrollara planes de rescate. Utilizando sus propios barcos y aviones, organizaron actividades de socorro en sus comunidades y llevaron ayuda a los necesitados antes incluso de que las organizaciones establecidas se pusieran en marcha. Eso sí, se trata de desconocidos que ayudan a desconocidos. Esta es la verdadera condición humana. Los esfuerzos de ayuda continúan y continuarán durante mucho tiempo, pues la devastación va más allá de las palabras. Si aún no has dado o ayudado, te insto a que vayas a la tienda local y compres alimentos enlatados, artículos de papelería, artículos de aseo o ropa y los lleves a un punto de entrega local para su envío a las Bahamas.
¿Por qué hacen falta las catástrofes para que dejemos a un lado nuestras diferencias y nos preocupemos por los necesitados, los menos afortunados, las víctimas? ¿Por qué nos dejamos atrapar por los políticos, los famosos, los deportistas y otros que nos desprecian y encuentran defectos en lo que somos?
Imagina lo que podríamos conseguir si funcionáramos juntos regularmente como nación, como hicimos tras los huracanes, la destrucción del World Trade Center, los tiroteos masivos, etc. Lo llevamos dentro.
Nuestra nación está formada por personas con compasión, moralidad y generosidad. Vivámosla no sólo en tiempos de catástrofe, sino todo el tiempo.