Equilibrio en mi vida

19 de julio de 2018

Hace poco decidí hacer un experimento para poner más equilibrio en mi vida. Como hablo a menudo con mucha gente, quería ver si podía pasar un día sin hablar con no más de tres personas. ¿Tendría éxito? La respuesta fue afirmativa y me sorprendió y gratificó. Fui sola a la playa dispuesta a merendar, leer y escuchar música. El tiempo por la mañana y a primera hora de la tarde era perfecto. Justo antes de que las multitudes descendieran sobre la playa, me marché habiendo pasado varias horas bajo una sombrilla al sol. Qué serenidad tener el día para mí sola para hacer lo que quisiera y lo hice. Me tomé el tiempo necesario para relajarme, dejé atrás todas mis responsabilidades y no tuve que escuchar ni hablar con nadie. Sin embargo, hablé con mis dos hijos adultos, pero eso fue todo por ese día. Vi los fuegos artificiales bajo la lluvia mientras escuchaba música en la radio del coche. El día era justo lo que necesitaba.
Mi día típico está lleno de responsabilidades. Cada día tengo conversaciones profundas y emotivas con varias personas. Además, siempre hay cosas que hacer en casa y en la oficina. Hay llamadas de teléfono que responder, tareas que hacer y planes para el día o la semana siguientes. A menudo siento que estoy haciendo mucho sólo para mantenerme al día, haciendo lo que hay que hacer. Pero investigar sobre una vida equilibrada me llevó a pensar y al experimento anterior.
Creo que es difícil comprender una vida equilibrada hasta que uno la experimenta realmente. Si sientes que tu vida sólo consiste en cosas que hay que hacer, plantéate tomarte un día libre y experimentar una vida equilibrada. Tal vez cambies tu vida para divertirte y relajarte más y realizar las actividades que quieres hacer y no las que tienes que hacer.