La intimidad: ¿Más que sexo?

Enero trae el comienzo del Año Nuevo y la oportunidad de hacer los cambios que siempre dijimos que queríamos hacer… hacer dieta, ejercicio, viajar, limpiar el desorden, etc. Enero también nos recuerda que ha pasado otro año. El tiempo avanza y ahora es un buen momento para hacer lo que has pospuesto. No lo dejes para más tarde. Es el momento de hacer el «ya me pondré a ello cuando tenga tiempo». Este es ese momento. Al fin y al cabo, si no es ahora, ¿cuándo?

En esta E-Carta de enero, presentamos información sobre la intimidad, que a menudo se equipara con el sexo. Pero, en realidad, es mucho más. Nuestra pregunta Pregúntale al médico trata de las citas y nuestro correo electrónico del mes trata de un tipo especial de reencuentro. Esperamos que la información adjunta te resulte útil. Como siempre, agradecemos tus preguntas y comentarios.

Nos complace anunciar que nuestra mudanza se ha completado y nuestra dirección actual es:

5571 N. University Drive, Suite 101
Coral Springs FL 33067
Teléfono: (954) 755-2885

Últimamente, realizamos varias evaluaciones psicopedagógicas a niños que tienen dificultades en la escuela. Estas evaluaciones identifican el perfil de aprendizaje de un niño, además de diagnosticar si tiene un problema de aprendizaje, un trastorno por déficit de atención u otro tipo de problema que interfiera en su rendimiento. Estaremos encantados de responder a cualquier pregunta o duda que puedas tener sobre el funcionamiento de tu hijo en la escuela y sobre si está rindiendo al máximo de sus posibilidades. Puedes llamarnos al número arriba indicado o enviarnos un correo electrónico.

Nuestra E-Carta de este mes se centra en la Intimidad. Aunque a menudo se denomina actividad sexual, una relación íntima es una relación profundamente comprometida con otra persona que se basa en la seguridad, la confianza, la vulnerabilidad, el respeto, el aprecio, el cuidado, la unión y la interdependencia. Es la apertura y la entrega total de uno mismo a su pareja. Probablemente sea la forma más difícil de relación, porque en esta época de nuestra sociedad estamos centrados en cerrarnos y protegernos a nosotros mismos y nuestras emociones. Abrirse y entregarse al otro requiere un enorme grado de confianza y creencia en la otra persona. Tener relaciones sexuales hoy en día es bastante fácil y a veces incluso mecánico. Sin embargo, hay una gran alegría en ser completamente vulnerable con alguien en quien confías y alguien que confía en ti.

Una relación íntima con otra persona permite sentirse seguro y satisfacer las necesidades humanas básicas de pertenecer, sentirse amado y cuidado. Y permite satisfacer las necesidades de la pareja. La intimidad también permite a la persona estar separada, en cuanto a tener su propia vida e intereses, y también juntos en una relación de amor, cuidado, confianza y respeto. Las personas que mantienen una relación íntima sienten como si tuvieran un vínculo especial y único que las une. Pueden ser tiernas y frágiles entre sí porque se sienten queridas. Cuando surgen enfados y conflictos, trabajan juntos para resolverlos y no temen que su pareja les haga daño. No mantienen una actitud de «yo tengo razón» ni son competitivos entre sí. Más bien buscan mejorar a su pareja y fortalecer su relación. Así pues, la intimidad sexual es un reflejo de esta relación mutua de cuidado y confianza.

Te ofrecemos la siguiente información sobre Intimidad: Más que sexo:

• La intimidad es una conexión afectiva muy estrecha con otra persona que implica compartir, comunicarse y ser vulnerable
• La intimidad da sentido a ser humano y a sentirse vivo
• La intimidad incluye el amor, la amistad, el romance, el sexo, ser social y ser espiritual
• La intimidad física se caracteriza por el romance, la pasión y la actividad sexual
• La intimidad emocional se caracteriza por la calidez, la cercanía, el sentido de compromiso mutuo, el cuidado del otro y el deseo de mejorar a la otra persona.
• Tener intimidad permite satisfacer las necesidades humanas básicas de pertenecer, amar, sentirse cuidado y aceptado
• La intimidad implica la capacidad de cada miembro de la pareja para estar separados y juntos en una relación de amor y cuidado mutuos
• Tener intimidad con otra persona implica exponer tu verdadero yo, ser vulnerable, tener una sensación de cercanía, confiar plenamente y compartir secretos y pensamientos privados.
• En una relación íntima, los miembros de la pareja se sienten unidos, indefensos, confiados y seguros
• Tener intimidad con otro implica confiar en alguien tan plenamente que le permita entrar en la mente, el corazón y el alma de su pareja
• Las parejas íntimas no son competitivas entre sí, manejan los conflictos y las peleas, y se esfuerzan continuamente por fortalecer su relación
• Resuelven sus enfados y resentimientos, son indulgentes y muestran signos de afecto
• Los obstáculos a la intimidad incluyen el miedo a ser vulnerable, la falta de confianza en uno mismo y/o en la pareja, y la inseguridad crónica
• Otros obstáculos son la incapacidad para resolver conflictos y la incapacidad para perdonar y dejar ir
• Otros obstáculos son la incapacidad para resolver los sentimientos de ira, la dificultad para comunicar pensamientos y sentimientos, y el miedo al rechazo y al abandono
• Estos obstáculos a la intimidad pueden superarse con una comunicación abierta, honesta y respetuosa y con el compromiso de desarrollar la seguridad y la confianza mutuas

• Evalúa tu relación, tus patrones de comunicación y cómo resuelves los problemas
• Comparte tus pensamientos, sentimientos y preocupaciones con tu pareja
• Ayudaos mutuamente para resolver problemas y alcanzar vuestros objetivos
• Haz que tu pareja se sienta importante: haced cosas juntos y tened aventuras
• Afronta los problemas en equipo y asegúrate de resolver todos los conflictos
• Desarrollar intereses comunes pero respetando el derecho de cada uno a hacer las cosas por su cuenta
• Desarrollar una relación sexual sana y excitante
• Sed los mejores amigos entre vosotros y aspirad a mejoraros mutuamente
• Expresa signos de afecto físico y aborda cualquier problema sexual en la relación
• Suelta los miedos, los rencores, las heridas del pasado, las tendencias competitivas y la necesidad de tener razón
• Si no eres capaz de resolver los problemas de intimidad, busca ayuda profesional

RR escribe: Estoy divorciada desde hace 5 años y he tenido citas esporádicas. Hace poco conocí a un hombre que me gusta mucho. Parece muy interesado en mí y nos divertimos mucho. Sin embargo, después de cada cita, no me llama ni me envía mensajes de texto durante al menos una semana. ¿Crees que está realmente interesado en mí o estoy haciendo algo mal?

Responde el Dr. Joel Kimmel: No has dicho cuánto tiempo lleváis saliendo, pero parece que estás sacando conclusiones precipitadas. Puede haber muchas razones por las que no se ponga en contacto contigo, como que se tome las cosas con calma, que no esté seguro de vuestra relación y que esté involucrado en otra o varias relaciones. También puede tener miedo de lo que siente por ti y de acercarse demasiado a alguien. Hay muchas explicaciones posibles para su comportamiento, pero no lo sabes porque no te lo ha dicho.

Tú eres la persona más indicada para decidir si estás haciendo algo mal o no según tus valores. Deja de juzgarte en función de si te llama o no. Puedes gastar mucho tiempo y energía mental intentando descubrirle. De hecho, puede que te encuentres pensando en él todo el tiempo y saltes para ver si te está llamando o enviando mensajes cada vez que recibas una alerta de mensaje. Más bien, debes tener confianza en ti misma y decidir si éste es el tipo de relación que deseas. Si no te llama, es él quien se lo pierde.

Ponte en primer lugar, siéntete bien contigo misma y deja que pase lo que tenga que pasar. Simplemente no te hagas vulnerable emocionalmente y no malgastes tu vida social esperando a que te llame. Y cuando salgas, ¿por qué no le preguntas directamente por qué espera una semana para llamar?

Nos gustaría dar las gracias a Howie C. por el siguiente correo electrónico, que al parecer está basado en una historia real:

El reencuentro

El flamante rabino y su esposa, recién asignados a su primera congregación, para reabrir una sinagoga en los suburbios de Brooklyn, llegaron a principios de febrero, entusiasmados con su oportunidad. Cuando vieron su sinagoga, estaba muy deteriorada y necesitaba muchas obras. Se fijaron el objetivo de tenerlo todo hecho a tiempo para celebrar su primer servicio en Erev Purim (noche de una festividad judía).

Trabajaron duro, reparando bancos envejecidos, enluciendo paredes, pintando, etc., y el 17 de febrero se adelantaron a lo previsto y estaban a punto de terminar. El 19 de febrero una terrible tempestad -una tormenta de nieve- azotó la zona y duró dos días. El 21 de febrero, el rabino fue a la sinagoga. Se le encogió el corazón cuando vio que el tejado tenía goteras, lo que había provocado el desprendimiento de una gran zona de yeso, de unos 6 metros por 2 metros, de la pared frontal del santuario, justo detrás del púlpito, empezando más o menos a la altura de la cabeza.

El rabino limpió el desorden del suelo y, como no sabía qué más hacer sino posponer el servicio de Erev Purim, se dirigió a casa. Por el camino se dio cuenta de que en un negocio local había un mercadillo benéfico, así que se detuvo. Uno de los artículos era un precioso mantel de ganchillo, hecho a mano, de color marfil, con un trabajo exquisito, colores finos y un Mogen David (Estrella de David) bordado justo en el centro. Tenía el tamaño justo para cubrir el agujero de la pared frontal. Lo compró y regresó a la sinagoga.

Para entonces había empezado a nevar. Una mujer mayor que corría en dirección contraria intentaba coger el autobús. Lo perdió. El rabino la invitó a esperar en la cálida sinagoga al siguiente autobús, 45 minutos más tarde.

Se sentó en un banco y no prestó atención al rabino mientras éste conseguía una escalera, perchas, etc., para colocar el mantel como tapiz de pared. El rabino apenas podía creer lo bonito que quedaba y cubría toda la zona problemática. Entonces se fijó en la mujer que caminaba por el pasillo central. Tenía la cara como una sábana. «Rabino», preguntó ella, «¿de dónde has sacado ese mantel?».

Explicó el rabino. La mujer le pidió que mirara en la esquina inferior derecha para ver si allí estaban tejidas a ganchillo las iniciales EBG. Y así era. Eran las iniciales de la mujer, y ella había hecho este mantel 35 años antes, en Polonia. La mujer apenas podía creerlo mientras el rabino le contaba cómo acababa de conseguir «El mantel». La mujer explicó que antes de la guerra ella y su marido eran gente acomodada en Polonia.
Cuando llegaron los nazis, se vio obligada a marcharse. Su marido iba a seguirla la semana siguiente. Lo capturaron, lo enviaron a un campo y ella nunca volvió a ver a su marido ni su casa.

El rabino quería darle el mantel; pero ella hizo que el rabino se lo quedara para la sinagoga. El rabino insistió en llevarla a casa. Era lo menos que podía hacer. Ella vivía al otro lado de Staten Island y sólo pasaba el día en Brooklyn por un trabajo de limpieza.

Qué servicio tan maravilloso tuvieron en Erev Purim. La Sinagoga estaba casi llena. El Servicio fue estupendo. Al final del servicio, el rabino y su esposa saludaron a todos en la puerta y muchos dijeron que volverían.

Un hombre mayor, al que el rabino reconoció del barrio, siguió sentado en uno de los bancos y se quedó mirando, y el rabino se preguntó por qué no se iba. El hombre le preguntó de dónde había sacado el mantel de la pared delantera, porque era idéntico a uno que había hecho su mujer hacía años, cuando vivían en Polonia, antes de la guerra, y cómo podía haber dos manteles tan parecidos.

Le contó al rabino cómo llegaron los nazis, cómo obligó a su mujer a huir por su seguridad y él debía seguirla, pero lo detuvieron y lo metieron en un campo. Nunca volvió a ver a su mujer ni su casa en los 35 años que pasaron entre medias. El rabino le preguntó si le permitía llevarle a dar un pequeño paseo. Condujeron hasta Staten Island y a la misma casa donde el rabino había llevado a la mujer tres días antes.