Trastornos del Apego: La Incapacidad de Conectar

Un Boletín Electrónico de Salud Mental de Joel I. Kimmel, Ph.D., P.A. & Associates
Volumen 12, Número 4
Ha llegado la primavera y esperamos con impaciencia el florecimiento de las flores, los planes para las vacaciones de verano y una sensación general de renovación. Tenemos la esperanza de que con esta estación se produzca una gran mejora en la situación mundial. ¿No sería estupendo que la gente se uniera en vez de dividirse? ¿No sería estupendo que la gente se preocupara de verdad por los demás y lo demostrara? ¿No sería estupendo que la gente quisiera mejorarse a sí misma y a los demás? Esperamos que algo de esto ocurra durante esta primavera. Te instamos a que pongas de tu parte para ayudar a sanar el mundo en que vivimos.

Nuestra E-Carta de abril trata sobre los Trastornos del Apego y la incapacidad de algunas personas para conectar con otras. El blog del Dr. K continúa y nuestro correo electrónico del mes trata sobre un burro y la perseverancia. Esperamos que la información adjunta te resulte útil e interesante. También te damos las gracias por leer nuestras cartas electrónicas y por los numerosos comentarios y mensajes de apoyo que hemos recibido.

Noticias prácticas

Estudio de investigación. Nuestra consulta ha finalizado su participación en la encuesta de investigación para validar un programa de evaluación de la salud conductual. Gracias a todos los que habéis participado.

Terapia de bajo coste. Tara Passaretti, LMHC, se ha unido a nuestra consulta y ahora podemos ofrecer terapia a bajo coste. Tara es consejera de salud mental titulada y consejera certificada por la Junta Nacional, con amplia experiencia en el trabajo con niños y familias en la práctica privada y en el sistema judicial. Mientras recibe las credenciales de los distintos planes de seguros, puede ofrecer asesoramiento a un precio mucho más bajo. Si necesitas un terapeuta pero no tienes seguro o no puedes permitirte los elevados copagos, Tara estaría dispuesta a atenderte. Para más información o para concertar una cita, llama a nuestra oficina al . 954 755-2885. .

Pruebas.Grupos de apoyo. Nuestros grupos semanales de terapia continua han tenido bastante éxito. Un grupo de apoyo para hombres y otro para mujeres están dirigidos por el Dr. Jim Kaikobad y se reúnen durante una hora y media. El grupo es educativo, de apoyo y confidencial, y está limitado a 8 personas.

Los beneficios de estos grupos incluyen una importante reducción de costes, eficacia en el tiempo y el apoyo y la comprensión de otros miembros que experimentan problemas similares. Si tú o un familiar queréis participar en cualquiera de estos grupos, ponte en contacto con Jillian en nuestra oficina, llamando al 954 755-2885.

Los folletos de las anteriores cartas electrónicas están disponibles en nuestra página web, www.KimmelPsychology.com. Te invitamos a leerlos y descargarlos si lo deseas.

TRASTORNOS DEL APEGO: ¡LA INCAPACIDAD DE CONECTAR!

En nuestra sociedad, casi todas las imágenes que vemos en los anuncios u otros medios publicitarios son de parejas o amigos pasando el rato juntos. Incluso en los anuncios de tratamientos de algunas enfermedades, aparecen familiares o amigos. En otros anuncios aparecen equipos o grupos, pero rara vez se ve alguna imagen de una persona sola. Promovemos la unión en nuestra sociedad, aunque sea en algún tipo de conflicto.

Pero, ¿qué pasa con esas personas que no pueden conectar o vincularse a los demás? Parece que sólo nos damos cuenta de ellos cuando cometen un crimen horrible o un acto terrorista. Los medios de comunicación suelen informar de que eran solitarios o estaban aislados. No tenían amigos. Eran solitarios. No se preocupaban por los demás. Aunque éste es un caso extremo, en nuestra sociedad hay individuos que no pueden conectar con los demás para tener una relación significativa sin algún tipo de intervención terapéutica.

Los Trastornos del Apego son la definición que se da a las personas que tienen dificultades o son incapaces de establecer relaciones. Suelen carecer de empatía, cariño e incapacidad para ser afectuosos con los demás. A menudo no desarrollan una conciencia y no aprenden a confiar. Pueden ser superficialmente encantadores y han aprendido a «jugar» con la gente para conseguir lo que quieren, pero no sienten verdadera preocupación por los demás. Se les puede describir como egoístas o solitarios y es fácil detectarlos en los primeros años de la escuela primaria.

Casi todas las personas con Trastornos del Apego han sufrido traumas tempranos en su infancia, normalmente antes de los 3 años. Esto puede deberse al abandono paterno, a múltiples colocaciones en hogares de acogida, a cuidadores abusivos, a abusos físicos o sexuales, o a otras formas de negligencia. No se produce la vinculación parental y, sin ésta como base, es extremadamente difícil vincularse a los demás. No han visto satisfechas sus necesidades y aprenden desde pequeños que no pueden depender de nadie para satisfacerlas.

Al crecer, las personas con Trastornos del Apego suelen buscar indiscriminadamente el afecto y la atención de los demás. Pueden mentir, robar, manipular, destruir propiedades, provocar incendios, ser crueles con los animales y mostrarse excesivamente agresivos. Pueden establecer poco contacto visual, carecer de espontaneidad y tener problemas de aprendizaje y de atención. Pueden tener hábitos alimentarios «raros». Pueden mostrarse distantes o ser inapropiadamente cercanos y pegajosos. Parecen estar hechos para sí mismos y apenas reconocen o se preocupan por los sentimientos de los demás. No permiten que la gente les controle debido a este problema de confianza. Su incapacidad para entablar cualquier relación hace que el tratamiento sea casi imposible.

El Manual Diagnóstico y Estadístico (DSM V) reconoce dos tipos de Trastorno del Apego: El Trastorno Reactivo del Apego (RAD) y el Trastorno de Compromiso Social Desinhibido (DSED). Las personas con RAD tienen dificultades para calmarse y no buscan consuelo en los demás. Parecen tener pocas emociones y pueden parecer infelices, irritables y asustadas. El RAD puede ser crónico. Las personas con DSED no parecen temerosas cuando conocen a alguien. Pueden ser excesivamente amistosas y a menudo se irán con completos desconocidos, ya que no son conscientes de los posibles peligros.

Los Trastornos del Apego pueden ser bastante difíciles de tratar debido a la falta de confianza de la persona y a su necesidad de tener el control. Lo más probable es que el tratamiento sea a largo plazo y puede implicar una mezcla de terapia familiar, asesoramiento individual, educación y medicación. Existen algunos tratamientos controvertidos, como la «terapia de contención», el «renacimiento» y la «educación sobre la rabia», que tienen escasa o nula evidencia de éxito.

Si vives o te relacionas con alguien que padece Trastorno del Apego, te sería útil aprender todo lo que puedas para comprender este trastorno. Ten expectativas realistas y paciencia. Comprende que no están enfadados contigo. Simplemente no saben cómo cuidar y establecer relaciones. Puedes modelar comportamientos afectuosos y empáticos, pero establece expectativas y límites claros. Desarrolla la confianza respondiendo con coherencia y haciendo lo que dijiste que harías. Considera la posibilidad de buscar ayuda profesional para el individuo y para vuestra relación.

Te ofrecemos la siguiente información sobre los Trastornos del Apego: La Incapacidad de Conectar:

TRASTORNOS DEL APEGO: ¡LA INCAPACIDAD DE CONECTAR!

Aunque, sin duda, evitar los apegos por miedo a la pérdida es evitar la vida-Lionel Shriver

LO QUE HAY QUE SABER

  • Los individuos que padecen trastornos del apego tienen dificultades para establecer relaciones duraderas, ya que a menudo carecen de conciencia
  • Los Trastornos del Apego se consideran el resultado de un trauma en la primera infancia que afecta al cerebro en desarrollo
  • Los traumas, la negligencia, los malos tratos o la separación del cuidador principal suelen producirse durante los tres primeros años de vida
  • Si un niño es incapaz de apegarse cuando es pequeño, puede que no sea capaz de apegarse durante el resto de su vida
  • Las personas con EA tienen una baja autoestima y no aprenden a confiar; carecen de la capacidad de ser genuinamente afectuosas y cariñosas con los demás
  • Las personas con EA tienen miedo a acercarse a alguien; la seguridad es un impulso primario y a menudo necesitan tener el control para sentirse seguros
  • Entre las características de las personas con EA se incluyen:
  • Historial de abandono, negligencia, maltrato, múltiples acogidas, número excesivo de cuidadores o falta de receptividad de los cuidadores
  • Superficialmente atractivo/encantador e indiscriminadamente afectuoso con los demás
  • Comportamientos antisociales como mentir, robar, manipular, prender fuego
  • Destructivo para uno mismo y para los demás y cruel con los animales
  • Falta de empatía, preocupación por los demás y autenticidad
  • Poco contacto visual y falta de afecto físico y cercanía
  • Problemas de aprendizaje/atención y falta de pensamiento causa-efecto
  • La mayoría de los profesionales creen que en el núcleo de los Trastornos del Apego hay una rabia profundamente arraigada debida a necesidades no satisfechas cuando eran bebés
  • La CIE-10 reconoce principalmente dos tipos de Trastornos del Apego:
  • El Trastorno Reactivo del Apego es una enfermedad crónica en la que las personas tienen pocas o ninguna emoción cuando interactúan con los demás y parecen infelices, irritables o tristes
  • Trastorno de Compromiso Social Desinhibido, en el que las personas no tienen miedo cuando se encuentran con extraños y pueden mostrarse excesivamente amables y complacientes con ellos.
  • El Trastorno del Apego en adultos se refiere a la ausencia de distorsión de los comportamientos sociales apropiados para la edad
  • El tratamiento suele consistir en una combinación de terapia, educación de los padres, medicación y asesoramiento familiar
  • ¡QUÉ HACER!

      • Aprende todo lo que puedas sobre la EA y ten expectativas realistas y paciencia
      • Mantener una situación de vida segura y estable
      • Mantén horarios/patrones predecibles para garantizar una sensación de seguridad y reducir el caos
      • Modelar conductas de cuidado, afecto y empatía de forma coherente
      • Establece expectativas y límites claros; responde con coherencia para desarrollar la confianza
      • Sé comprensivo y respetuoso, pero firme; discúlpate sinceramente cuando te equivoques
      • Cuídate, controla tu propio estrés, come y duerme bien
      • Busca ayuda profesional para desarrollar y mejorar el vínculo entre los miembros de la familia
      • PODEMOS AYUDAR
        Llámanos al 954 755-2885 o envíanos un correo electrónico a [email protected]

        Doctor Joel I. Kimmel P.A. y Asociados
        5551 N University Drive, Suite 202
        Coral Springs FL 33067
        Copyright © 2017 by Joel I. Kimmel, Ph.D.

        Blog del Dr. K

        17 de abril de 2017

        No sé si el tiempo realmente ayuda, pero el dolor no es tan intenso ni tan frecuente. Hay momentos de intensidad en los que echo mucho de menos a Jill, pero son menos frecuentes. Tal vez me esté haciendo a la idea de que ya no está. Quizá sea lo que llamamos resiliencia. O puede que simplemente me haya acostumbrado a estar sola.

        ¿La echo de menos? Sí, mucho. Pero no tan desesperadamente como antes. Creo que me estoy acostumbrando a estar solo. La primavera ha traído muchas primicias. Por primera vez en cincuenta años, no ha estado en nuestros Seders. No está aquí para planificar nuestros viajes de verano. No está aquí para celebrar los cumpleaños.

        Pero creo que está con nosotros en espíritu. De hecho, no sé cómo explicarlo, pero he sentido su presencia. No puedo expresarlo con palabras, pues es sólo una sensación, pero creo que está conmigo y que me siento reconfortada. La echo mucho de menos, pero estoy decidida a seguir adelante por mí, por mis hijos, por mi familia y por mis pacientes. Ella no querría menos.

        20 de marzo de 2017

        En primer lugar, me gustaría daros las gracias a todos los que leéis este blog y os habéis sentido movidos a tenderme la mano. Personas a las que hacía décadas que no veía o con las que no hablaba me han enviado sus más sinceros deseos y sus recuerdos personales de mi esposa. Ella tuvo un gran y hermoso impacto en la gente y realmente tuvo una vida bien vivida.

        A veces me cuestiono si debería exponer mis experiencias personales, pero espero que al leer lo que estoy pasando, otros puedan recibir ayuda. Nuestra sociedad no nos prepara para afrontar la muerte de seres queridos. Así que, de alguna pequeña manera, quizá pueda ayudar.

        A medida que pasa el tiempo, el duelo continúa. Ha cambiado un poco, pero hay momentos que siguen siendo muy difíciles. La parte más difícil ahora del proceso de duelo es la soledad. Ya han pasado más de seis meses y todavía me cuesta aceptar que se ha ido. Sigo esperando que entre por la puerta o verla acurrucada en su postura favorita leyendo un libro. Pero sé dolorosamente que eso no volverá a ocurrir.

        La casa es grande y está vacía sin ella. Me encuentro llenando mi tiempo con tareas sólo para mantenerme ocupado, pero cuando estoy solo, me duele. La echo de menos a ella y a nuestra vida juntos. Me siento tan impotente que no puedo recuperar aquellos días. Creemos que controlamos tanto nuestras vidas. Y lo tenemos para algunas cosas, pero para la mayor parte, no. Sólo tenemos que aceptar lo que es y lo que será. Aceptar lo que no quieres aceptar es toda una lucha.

        Estoy lidiando con la soledad estando con amigos, tomando clases de yoga y viendo a mi hijo y a mi hija. Sin embargo, siempre hay momentos en los que duele de verdad; no hay palabras para describirlo. Pero, ¿qué otra cosa se puede hacer? Otras personas que han perdido a seres queridos me han dicho que con el tiempo mejorará. Espero que tengan razón.

        20 de febrero de 2017

        Ojalá pudiera decir que se ha hecho más fácil, pero no es así. Ha pasado otro mes y el dolor sigue siendo tan fuerte como siempre. Este mes ha sido el primer San Valentín sin mi mujer y el primer cumpleaños de mi hija sin ella. Ahora me doy cuenta de que habrá muchos, muchos «primeros», la mayoría de los cuales serán dolorosos.

        Sigue siendo tan difícil creer que nunca volveré a mirar a los ojos de mi mujer. Nunca la besaré ni la tocaré como siempre hice. Nunca volveré a oír sus consejos o su apoyo. ¿Cómo se acepta el nunca, sobre todo cuando no se quiere?

        Salgo un poco más. Veo a amigos para cenar pero, en su mayor parte, las noches permanecen vacías. La casa también se siente vacía. Mi vida es diferente. Lo que antes me parecía importante ahora lo es mucho menos, si es que lo es. La muerte cambia tu perspectiva, pero no puedes rendirte ni abandonar. Sigo trabajando y siento la satisfacción de ayudar a los demás a resolver sus vidas.

        Tengo la suerte de tener amigos que se mantienen en contacto para ver cómo estoy. Tengo la suerte de tener hijos que, a pesar de su propio dolor, se mantienen en contacto conmigo. Tengo la suerte de haber vivido 50 años maravillosos con mi esposa. Así que intento contar mis bendiciones.

        Ahora creo que lo único que me ayudará en este proceso de duelo es el simple paso del tiempo.

        20 de enero de 2017

        Hace ya cuatro meses que falleció mi mujer y no puedo decir que se me haya hecho más fácil. Me he vuelto más ocupado y, en ese sentido, he estado preocupado y no estoy inmerso en la sensación de pérdida. Pero esos momentos en los que estoy sola y no hago nada son los más difíciles. Los amigos me han llamado y me han invitado para asegurarse de que estoy ocupado, pero siempre hay momentos de soledad que siguen doliendo. Racionalmente se que mi mujer se ha ido pero todavia no lo he aceptado ni quiero hacerlo. Mi vida es diferente. Yo soy diferente. Y nunca será igual.

        No sé cuánto tiempo tardaré, si es que alguna vez lo hago, en curarme de esta pena. La gente me pregunta constantemente cómo estoy y me resulta muy difícil responder. Sé que tienen buenas intenciones y están interesados, pero ¿qué les dices? ¿Estoy bien? ¿No me va bien? En realidad me va bien y me mantengo ocupada. Eso es probablemente lo mejor que puedo decir ahora mismo.

        Por todas partes hay recuerdos constantes de la vida que solía tener. Algunos son conmovedores y otros muy tristes. Dedicamos la nueva oficina a la memoria de mi mujer y al ver su foto tengo la sensación de que está conmigo todo el día. Me alegro de haberlo hecho.

        También fui al cementerio con mi hija y fue, emocionalmente, una de las cosas más difíciles que he hecho nunca. Sin embargo, cuando nos fuimos sentí cierto consuelo.

        Creo que mi periodo de duelo terminará cuando pueda aceptar de verdad que mi mujer se ha ido y que tuvo una vida maravillosa. Espero poder hacerlo algún día.

        19 de diciembre de 2016

        Ha pasado otro mes y no se hace más fácil. De hecho, las vacaciones acentúan el vacío y la pérdida. Son momentos muy difíciles y la impotencia de no poder cambiar lo ocurrido es abrumadora. Mantenerme ocupada me ayuda a distraerme del dolor, pero incluso cuando estoy rodeada de gente me siento sola. Lucho con la aceptación y aún no he llegado a ella y probablemente no lo haga en mucho, mucho tiempo.

        También me doy cuenta de que he cambiado. Ya no tengo a mi mejor amigo con quien viajar, con quien hablar, de quien aprender y con quien compartir mis pensamientos privados. Mi mujer y yo crecimos juntos y compartimos muchas, muchas experiencias maravillosas. Ahora esas experiencias han terminado y lo único que me queda son los recuerdos y las posesiones. Sí, mis hijos son maravillosos y tenemos una relación muy buena. Pero ellos también tienen su propio dolor con el que lidiar.

        He descubierto que la muerte es la parte más dura de la vida. Racionalmente, comprendo que todos falleceremos en algún momento. Pero, ¿estamos preparados para ello? Doy gracias porque mi mujer no sufrió mucho; eso es una bendición en sí mismo. Pero la echo de menos.

        He aprendido que, a pesar de todo lo que controlamos en nuestra vida, nunca tenemos realmente el control de lo que más importa. Me alegro de que tuviéramos una relación tan estrecha y cálida y, sin embargo, precisamente por eso, me duele ahora que ha fallecido.

        21 de noviembre de 2016

        Hace ya 2½ meses que murió mi mujer y la transición a la aceptación es extremadamente difícil. Cognitivamente, parece una tarea fácil. Pero emocionalmente, es una de las tareas más difíciles a las que me he enfrentado en mi vida. He hablado con otras personas que han perdido a seres queridos, que parecen ser las únicas que pueden comprender por lo que estoy pasando. Conocen las profundidades del vacío y la soledad que sólo se pueden experimentar cuando se pierde a la pareja. Es casi como un club de afligidos que nunca dejan de llorar. Simplemente parecen dejarlo a un lado para seguir adelante con sus vidas por su propio bien y el de los demás. Dicen que todo mejora, pero el dolor nunca desaparece.

        ¿Cómo se pasa de compartirlo todo con otro a estar solo? Las cosas que íbamos a hacer, los lugares a los que íbamos a viajar, las reformas de la casa, las películas que íbamos a ver, los amigos a los que íbamos a visitar y las nuevas experiencias de las que íbamos a aprender han desaparecido. Las tengo que hacer yo sola y sí, haré algunas de ellas, pero no es lo mismo. Las ideas que solía rebotar en mi mujer o las opiniones en las que necesitaba su opinión ahora las tengo que decidir sólo yo o mi familia y amigos. Todo ha cambiado internamente, ya que ahora soy un «yo» y no un «nosotros».

        El Día de Acción de Gracias está a la vuelta de la esquina y siempre ha sido una fiesta familiar para nosotros. Sí, estaré con mis hijos adultos, pero nuestra pérdida será primordial. Como siempre hacemos, daremos gracias por nuestra salud y por todo lo que tenemos en la vida. También daremos gracias por haber tenido a mi mujer en nuestras vidas durante todo el tiempo que la tuvimos. También daremos gracias porque ya no sufre y recordaremos su alegría, su ingenio, su amor por las personas, los animales y los libros, y su amor por nosotros.

        Correo electrónico del mes

        Nos gustaría dar las gracias a Richard L. por el siguiente correo electrónico:

        EL BURRO

        Un día, el burro de un granjero se cayó a un pozo. El animal lloró lastimosamente durante horas mientras el granjero intentaba averiguar qué hacer. Finalmente, decidió que el animal era viejo y que, de todos modos, había que tapar el pozo; no merecía la pena recuperar al burro.

        Invitó a todos sus vecinos a que vinieran a ayudarle. Todos cogieron una pala y empezaron a echar tierra en el pozo.

        Al principio, el asno se dio cuenta de lo que pasaba y lloró horriblemente. Luego, para asombro de todos, se calmó.

        Unas cuantas cargas de pala después, el granjero miró por fin al pozo. Se quedó atónito ante lo que vio. Con cada palada de tierra que golpeaba su lomo, el burro hacía algo asombroso. Se la sacudía y daba un paso hacia arriba.

        Mientras los vecinos del granjero seguían echando tierra encima del animal, éste se la sacudía y daba un paso hacia arriba. Muy pronto, todos se quedaron asombrados cuando el burro saltó por encima del borde del pozo y ¡salió trotando alegremente!

        MORAL:
        La vida te va a echar tierra encima, todo tipo de tierra. El truco para salir del pozo es sacudírtela y dar un paso hacia arriba. Cada uno de nuestros problemas es un peldaño. Podemos salir de los pozos más profundos con sólo no detenernos, ¡sin rendirnos nunca! Sacúdete y sube.

        Hasta mayo…

        La información proporcionada en este boletín electrónico no sustituye al tratamiento profesional. Son las opiniones de los redactores y se facilitan únicamente con fines educativos. Para la atención a la salud mental, busca un profesional cualificado.

        Si no deseas seguir recibiendo recordatorios de la E-Letter en el futuro, envía un correo electrónico a [email protected] solicitando que se te elimine de esta lista.

        Si esta información te parece interesante o útil, reenvía esta E-Carta a tus contactos y amigos. Copyright © 2017 por Joel I. Kimmel, Doctor en Filosofía. P.A. y Asociados.