Hace poco he vuelto a montar en bicicleta. Solía montar mucho en bici cuando era más joven, ya que era mejor que caminar y era demasiado joven para conducir. Ahora me parece muy diferente.
Nuestras calles son ahora mucho más amigables para las bicis, aunque los conductores no lo sean. Las bicis están construidas con una tecnología mucho mejor y parecen más fáciles de conducir.
Los accesorios son abundantes. Los soportes para teléfonos móviles permiten la comunicación con otras personas, además de ofrecer una selección de música, noticias, direcciones, etc.
También hay triciclos para quienes tienen dificultades de equilibrio o están envejeciendo. Las eBikes pueden ser divertidas y, en muchos casos, sustituir a los coches para distancias cortas
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Las bicicletas ofrecen un gran ejercicio, siempre que no te excedas. Es importante llevar ropa protectora, sobre todo al sentarse, para que el paseo sea cómodo.
Llevar casco es necesario; te protege de las ramas de los árboles, de los cambios en el pavimento, así como de cualquier otro objeto que pueda hacerte caer.
Intento circular por las aceras todo lo que puedo por razones de seguridad. No me preocupa mi conducción, pero sí los conductores que no me ven o tienen prisa. Evidentemente, las aceras proporcionan la seguridad que las carreteras, incluso con carriles bici, no ofrecen.
También me parece muy interesante observar a los clubs de ciclistas que pasan a mi lado mientras monto en bici. Las diferentes motos, la colorida vestimenta y la camaradería entre los ciclistas se pone de manifiesto en su disfrute de este deporte.
Pero para mí el aspecto más agradable de montar en bici es que puedo ver cosas que no veo mientras conduzco.
Además del ejercicio, los saludos de los vecinos, las casas, las plantas, las mascotas, las tiendas, el tacto del suelo, todo hace que montar en bicicleta sea agradable.
Sobre todo, puedes utilizar todos tus sentidos, como sentir el viento, oler las flores y observar otras cosas que contribuyen a la experiencia.
Es como si al conducir te centraras en hacia dónde vas.
Cuando vas en bicicleta, experimentas la vida que te rodea.