21 de abril de 2023 – ¡Reportaje de noticias en los medios de comunicación!

El blog de este mes se escribió en realidad hace 5 años para la e-Carta de enero de 2018. Lo vuelvo a publicar aquí porque la situación es muy parecida, si no peor. Mucha gente sigue sintiéndose frustrada, enfadada e impotente ante la forma en que los medios de comunicación informan de las noticias.

20 de enero de 2018

Durante el último año, muchos de mis pacientes han acudido a sus sesiones enfadados por la política. No importa a qué partido pertenezcan o si son de derechas, de izquierdas o de centro, todos están enfadados y frustrados.

Se sienten impotentes y preocupados por el futuro de nuestro país y de ellos mismos. Tal vez, con razón. Han pasado muchas horas de conversación intentando reducir su ira y centrarse en su vida cotidiana.

Una de las sugerencias que han surgido de nuestros debates parece funcionar. Se trata de reducir o eliminar el número de horas que pasamos viendo las noticias en la televisión o escuchándolas en la radio.

No importa qué cadena veas o escuches. Todas parecen empeñadas en suscitar sentimientos de injusticia y rabia, pero no ofrecen ninguna solución. Supongo que el objetivo final es tener a los espectadores u oyentes pegados a sus emisoras.

Tal vez se trate de una adicción a los medios de comunicación. Sin embargo, no hay subidón, sino sólo preocupación y rabia.

Hace poco leí un artículo sobre un apagón informativo autoimpuesto por Christopher Hebert, profesor adjunto de Inglés en la Universidad de Tennessee, en la edición del 18 de enero de The Guardian.

Lo que sigue es un extracto:
La ignorancia es mucho más fácil de lo que pensaba. Termino dos o tres audiolibros a la semana. Leo novelas en lugar de periódicos. Cinco meses después de mi desmayo, soy más feliz que en los días en que estaba informada. Me vuelven a crecer las uñas. Los somníferos siguen en el frasco. Trabajo más. Mi familia llega a casa al final del día y me encuentra sonriendo, cortando cosas para la cena sin mi antigua rabia regicida. Y, sin embargo, una parte de mí no puede dejar de sentirse culpable por sentirse bien.

Tal vez, ésta sea una solución al enfado y la frustración de los medios de comunicación al informar.